Estimados miembros y aliados de LCLAA,
Este domingo se cumplen 30 años de la Ley de Baja Familiar y Médica (FMLA), una ley laboral que ha garantizado a los empleados con derecho a ella 12 semanas de baja laboral no remunerada por motivos familiares y médicos.
En estos treinta años, la ley ha conseguido que más padres puedan disfrutar de una excedencia para cuidar de sus hijos y ha tenido un impacto significativo en las mujeres trabajadoras. Al proteger su situación laboral, la FMLA ha aumentado el poder de negociación de los trabajadores y más mujeres han podido reincorporarse al trabajo tras dar a luz. La FMLA merece ser celebrada por los puestos de trabajo que ha protegido y por todas las familias que han podido pasar juntas este tiempo crítico.
Sin embargo, a pesar de todas estas bondades, al tratarse de un programa de permisos no retribuidos, sólo el pequeño grupo de trabajadores que puede permitirse no cobrar puede beneficiarse de la FMLA. La ley se ve aún más restringida por sus estrictos requisitos de elegibilidad, que hacen que sólo la mitad de todos los padres que trabajan puedan acogerse a este permiso no retribuido.
Este aniversario nos recuerda lo que todavía le falta a nuestra nación: un programa de permisos familiares retribuidos. Estados Unidos sigue siendo el único país de la OCDE sin baja familiar retribuiday los trabajadores de este país se merecen algo mejor. Merecen un programa de permisos familiares retribuidos que dé a todos los trabajadores, de todos los ingresos y de todas las procedencias, el derecho y la capacidad de dedicar este tiempo necesario al cuidado de sus familias.
LCLAA está decidida a presionar al Congreso y a la Administración para que, una vez más, sean audaces y den prioridad a la salud y la seguridad de las familias trabajadoras de todo el país aprobando un programa de bajas familiares retribuidas.
Yanira Merino
Presidente Nacional de LCLAA